Washington, 11 sep (PL) La mayoría de los estadounidenses se sienten hoy más vulnerables a ataques terroristas que hace 15 años cuando ese flagelo golpeó su territorio en varias partes, incluidas Nueva York y Washington.
Ese sentimiento, según el diario digital The Hill, se percibe después que el gobierno gastó cientos de miles de millones de dólares para reforzar la seguridad interior, perseguir terroristas a través de dos continentes y emprender la guerra más larga de su historia.
De acuerdo con una encuesta del Centro Pew publicada esta semana, el 71 por ciento de las personas dijo que la capacidad de los terroristas para lanzar un gran ataque contra el país es tan grande o mayor ahora que la de hace 15 años.
Asimismo el 40 por ciento de la población dice que las posibilidades de un ataque importante son más altas de lo que era alrededor del 11 de septiembre de 2001.
Pese a que la preocupación del público aumentó después de 2001, en parte impulsada por políticas de miedo incrementadas posteriormente durante el gobierno republicano de George W. Bush, los extremistas islámicos fracasaron en llevar a cabo un ataque coordinado importante en territorio estadounidense.
No obstante acciones de violencia aisladas de personas que se identificaron partidarios de grupos como el Estado Islámico o al-Qaeda, fueron capaces de mantener la incertidumbre e infundir miedo a la población.
Desde el 11/9, el número de muertos en Estados Unidos a causa de actos vinculados a ataques terroristas se elevó a 94, según datos compilados por la Fundación New America.
En ocasión del 15 aniversario de los ataques terroristas, el presidente Barack Obama dijo este domingo que la amenaza evolucionó y subrayó que las ideologías de odio «instan a las personas en su propio país para cometer violencia incalificable», citando los ataques en Boston, San Bernardino, en California y Orlando, en Florida.
El mandatario hizo un llamado por la unidad y a no dejar que otros nos dividan, en aparente referencia a las posiciones contra los musulmanes que enarbola el candidato presidencial republicano, Donald Trump.